El sistema de acceso a la red  

Posted by Danny in

El sistema de acceso a la red

El acceso a la red es el primer aspecto en que debemos fijarnos una vez instalado el software de red. Los servicios que ofrece una estación conectada a la red pueden ser utilizados por cualquier usuario que utilice esa estación de trabajo.

El orden y la confidencialidad de cada puesto de trabajo o proyecto requieren un sistema que garantice que cada persona tenga acceso a sus datos y aplicaciones, evitando que otros usuarios puedan ser perjudicados por el uso indebido del sistema o por la falta de una intención recta. Todo esto apunta a un nuevo problema que siempre hay que tener en cuenta y que afecta a la seguridad de los sistemas: el intrusismo o hacking.En general, hay tres términos que definen la actuación ilegal oculta en la red:

- Hackers. Es la persona que trata de «reventar» el sistema operativo, violando su sistema de claves de acceso, con objeto de apoderarse de información reservada o por la mera satisfacción de superar esa dificultad.

- Crackers. En este caso, se violentan las protecciones anticopia del software.

- Phreakers. Son individuos que buscan la forma de usar o abusar del teléfono ajeno a su antojo.

Cualquier administrador de sistema o de red tiene que tener en cuenta el posible asalto a la red por parte de personas que se dedican a este tipo de actividades, sabiendo que el ataque puede venir tanto desde fuera como desde dentro de su organización. El modo de hacer distinciones entre los diferentes usuarios, implica la confección de cuentas de acceso personalizadas y un sistema de validación o autenticación que permite o impide el acceso de los usuarios a los recursos disponibles.

A. Asignación de nombres y direcciones

El primer problema al que hay que hacer frente en el diseño de la estructura lógica de la red consiste en la asignación de nombres y direcciones de red a todos los ordenadores que vayan a convivir con ella. Tanto los nombres como las direcciones han de ser únicos en la red, pues identifican a los equipos.

Una vez que hayamos dado un nombre a cada host, tendremos que registrar éste en algún servicio de directorio, el equivalente a las páginas amarillas de una guía telefónica. Sobre este tema abundaremos más adelante. Por ahora, basta con aclarar que los nombres de red suelen ser un término alfanumérico, o varios separados por puntos, aunque esto depende del tipo de red.

En el caso de las direcciones ocurre algo parecido. La tecnología de red condiciona el tipo de dirección. Para nuestro estudio, nos centraremos en el sistema de direccionamiento IP, que ya conocemos de Unidades anteriores. Si el host que pretendemos configurar va a estar en Internet, su dirección IP viene condicionada por la normativa internacional de asignación de direcciones IP.

Sin embargo, si el nodo va estar en una red de área local, podemos asignarle una dirección elegida entre un rango que la normativa IP ha reservado para estos casos y que vienen especificadas en el RFC 1918. Estos bloques de direcciones son del 10.0.0.0 al 10.255.255.255, del 172.16.0.0 al 172.31.255.255 y del 192.168.0.0 al 192.168.255.255.

Además de la dirección IP tendremos que configurar otros parámetros como la máscara. De la asignación de rutas nos ocuparemos más adelante.



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